La naturaleza del Estado para el liberalismo clásico:
Primero comenzaremos con
definir que es el Liberalismo antes de empezar a explicar la naturaleza del
Estado para el Estado.
Según Sánchez Viamonte (1994), citado por Ossorio, Manuel.
El liberalismo es el sistema jurídico institucional creado en el siglo XVIII y aplicado en el siglo XIX con el propósito de asegurar la
libertad para el individuo humano. Los tratadistas dividen el liberalismo en
dos aspectos: el político y el económico. El liberalismo, en su contenido de
libertad y de respeto a la dignidad humana, envuelve un concepto totalmente
incompatible con el totalitarismo, las tiranías, las dictaduras y las
autocracias.(p.615)
Para
Eccleshall Robert
El liberalismo en la acepción
que hoy utilizan los comentaristas académicos, designas las ideas progresistas
que presidieron el gradual derrumbamiento de las jerarquías sociales tradicionales;
el liberalismo es la ideología que más íntimamente ligada con el resurgimiento
y la evolución del mundo capitalista moderno. (p.44)
Para Eccleshall Robert en su obra
introducción a las ideologías políticas nos indica: Como ideología del mundo
moderno, el liberalismo surgió en Inglaterra a mediados del siglo XVII; a raíz de
los resultados de la oposición parlamentaria al poder autoritario del rey
Carlos I. Durante una etapa de unos cuarenta años a partir de la guerra civil y
la constitución del gobierno constitucional tras la Gloriosa Revolución de
1680, se empleó un buen conjunto de argumentos frente al poder de la monarquía,
dominante e incontrolable, así como contra la prerrogativa de la verdad
religiosa que apoderaba a la iglesia implantada. Proceden de esta etapa, por
ejemplo, las obras de John Locke “Dos tratados sobre el gobierno” y “La carta
sobre la tolerancia”, ambas divulgadas en 1869, ambas asimismo como nos indica
el autor se consideran hoy los fundamentos
más clásicos del liberalismo. Por otra parte, nos indica el autor, es en Europa
el obstáculo al sistema instaurado entorpeció en el siglo XVIII, de modo que el
liberalismo se relaciona con la Ilustración, esa corriente de optimismo que despejó
a toda Francia para salvar después al resto de Europa.
Dos grandes sucesos, como dice Eccleshall
Robert organizaron un intento de convertir este dogma de los derechos
universales del hombre en fidedignos programas políticos: la declaración de la
independencia (1776), que liberó a Norteamérica del poderío colonial británico,
de la declaración de los derechos del hombre (1789), que anuncio el fin del sistema
aristocrático en Francia.
Según el autor, Paine asentaba su
argumentación a favor de la reforma política en una significación básica, para
el primer liberalismo: derechos naturales
(es decir, el dogma de que cuestiones tales como la vida, la libertad y la
propiedad eran tan elementales y apreciables para los individuos, que había que
crear demarcaciones precisas a lo que el gobierno podría hacer sin sobrepasarse).
Concepto según la cual todos los hombres habían surgidos con semejantes propiedades
para administrar sus propias cuestiones, con la capacidad inherente para tomar medidas
racionales e independientes en todos los semblantes de la vida: moral,
religión, política y economía.
En otro orden de ideas como nos
indica el autor algunos liberales suponían este último derecho (la propiedad)
como el más significativo: en su obra Dos
Tratados, Locke proclama que “el fin más alto y principal de los hombres
que forman parte de un Estado liberal asociado y se acogen a un gobierno es el
de preservar su propiedad”.
Los primeros
liberales instauraron según Eccleshall
Robert un inseparable vínculo entre la libertad y la propiedad privada. Locke
consideraba al gobierno fundamentalmente como una variedad de convenio para resguardar
los derechos de propiedad, mientras que los niveladores eran inversos a las
estructuras que imposibilitaban que la gente común fuera económicamente autónoma.
Pero tenía según el autor, que llegar el siglo XVIII para que evolucionara un
razonamiento delicado que afirmara decididamente la alejamiento entre el gobierno y la
economía, alejamiento que confirmaron los economistas clásicos y, sobre todo el
escoces Adam Smith en su obra la “Riquezas de las naciones”, solicitaba
denotadamente a la eliminación de las prohibiciones políticas para la
adquisición de la riquezas. Según Adam Smith (cita el autor) “la gente se
dedicaba a cuestiones de tipo económico motivadas únicamente por su propio
interés”. Según los liberales clásicos veían un gobierno débil o ineficaz.
El
primer liberalismo o liberalismo clásico relaciona la idea de un Estado
minimalista, (el primer exponente fue Adam Smith), es decir como indica el
autor, la creencia de que exclusivamente la economía de libre mercado, sin obstrucciones
políticas podía salvaguardar los derechos y libertades individuales; pero si
bien el ideal de un capitalismo exento de regulaciones se acostumbran en el
pasado, en la actualidad ha inducido una rompimiento impulsivo con las
creencias y políticas de los últimos años. Los liberales opinaban que la empresa
capitalista es el elemento que alimenta el autogobierno.
Referencia
Eccleshall Robert (S.F), introducción a las ideologías políticas
Da Silva Tiago
(2009). “Tesis sobre la división del
Poder Público, y sus comparaciones con cuatros sistemas de gobierno: monarquía
y repúblicas, comunismo y el nacionalsocialismo
de Hitler”. São Paulo Universidade de São Paulo
Ossorio, Manuel. Diccionario de
Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales. Datascan, S.A. y Guatemala,
C.A. Guatemala. 2009